Es la marca que distingue los espacios accesibles, los que están preparados para acoger y hacer la vida más fácil a personas con diferentes tipos de discapacidad, física, auditiva, visual o psíquica.
Pero es mucho más que eso. El Símbolo Internacional de Accesibilidad (SIA) es un reflejo bien visible del compromiso por haber emprendido un camino para llegar a todos pero también es un valor añadido para el negocio, un elemento distintivo de calidad.
En Ávila una parte del turismo, el comercio, la hostelería y los contenedores culturales lo ha entendido y lleva años en ello. En estos momentos hay 54 establecimientos de la ciudad que cuentan con este comprometido signo y que lo lucen con orgullo en sus locales, ya sea en formato de metacrilato o de pegatina.
En la lista hay hoteles, restaurantes, centros de estética, bancos, farmacias, estancos, ópticas o jugueterías... y en breve pueden ser muchos más. Al menos eso es lo que se pretende. El Ayuntamiento de Ávila, que emprendió este camino hace más de ocho años de la mano de Aspaym, quiere seguir trabajando en este ámbito y acaba de abrir una nueva campaña destinada al comercio de la ciudad, una vez que los técnicos han observado que hay un número importante de establecimientos comerciales que son susceptibles de tener el SIA por ser ya accesibles físicamente, explicó la concejala de Seguridad, Movilidad y Urbanismo, Accesibilidad y Discapacidad del Consistorio abulense, Noelia Cuenca.
Pero para obtener este símbolo no cuentan solo las barreras físicas. Hay muchos otros elementos y detalles que entran en juego en cuanto a la accesibilidad interior, los servicios o el trato al cliente, de manera que a ese primer análisis realizado a pie de calle le tendrá que seguir un estudio de los técnicos orientado a comprobar si ya están preparados o todavía necesitan pequeños ajustes.
En concreto, de los 777 comercios evaluados, 144 tendrían a su alcance el SIA, y son con los que se empezará a actuar. A ellos ya se les ha enviado cartas para informarles de la campaña y conseguir que se involucren en esta primera fase de la iniciativa, antes de llegar a las siguientes, las de los locales que tienen barreras y necesitarían mejoras y los que ya requerirían de una gran inversión.
Se trata de trasladarles que pueden ser merecedores del reconocimiento y de que éste es «un valor añadido para ellos, todo un elemento de calidad» que aumenta la competitividad y puede lograr la fidelización de clientes, no en vano muchas de las personas con discapacidad que hacen turismo eligen sus establecimientos para pernoctar, comer o comprar por el boca a boca, esto es, por experiencias anteriores de sus conocidos.